El resto es memoria
Esta exposición reúne una serie de obras de mi trabajo más reciente donde pueden verse los motivos que han sido recurrentes en él: la figura y su desaparición, la luz que la revela y la oculta, la luz también como única protagonista, y el paisaje sugerido.
El título está tomado de un poema de Louise Glück titulado Nostos, o Regreso al hogar, que en su última parte dice:
We look at the world once, in childhood.
The rest is memory.
(Miramos el mundo una sola vez, en la infancia.
El resto es memoria.)
Me gustan esos versos por la visión tan melancólica de la memoria que encierran. Una memoria que ronda y retoma los temas una y otra vez, avanza en círculos sobre ese centro desde el cual interpreta todo lo demás.
Mi trabajo, en vez de avanzar linealmente para alcanzar un objetivo, persevera en hacer múltiples registros y encontrar mil versiones de la misma cosa. Las series - si ese es el formato normal de trabajo - parecen no querer cerrarse. Mi propio proceso de trabajo ya parte de una actividad constante de recopilación de imágenes que posteriormente juego a recortar y combinar como fase previa al dibujo. Me ha interesado en los últimos años hacer visible de alguna manera ese proceso de collage y de repetición de los temas, como ocurre por ejemplo en los dibujos de la serie Archivo, 2023, que están presentes en esta exposición, donde pueden verse fragmentos de figuras utilizadas ya en otros dibujos en papeles doblados sobre el suelo de mi estudio actual. Y, más concretamente, la frase que he elegido para el título de esta exposición, El resto es memoria, es una referencia a la necesidad de hacer mano de la memoria cuando una imagen tiene tanto de no dicho, de sugerido. Lo no dicho tiene un gran poder para disparar la imaginación y el deseo: la ausencia vuelve creativa a la memoria, que se completa con la existencia de aquello que ya ha visto - citas, imágenes, una existencia ajena. Me gusta desequilibrar las composiciones, intentar mantener el carácter fragmentario que formó parte de la composición. Muchas imágenes están, por tanto, cortadas en momentos intermedios, como pausas que pertenecen a tiempos más largos, donde la figura se encuentra a medio camino hacia su desaparición o a punto de fusionarse con el espacio, y éste último es reducido a su mínima expresión, casi como una abstracción geométrica. Son como fotogramas - el cine siempre ha sido una gran influencia - de una historia inconclusa e insistente en su repetición. Construir la memoria a partir de fragmentos suspende las imágenes en el tiempo, otorgándoles una sensación de infinidad congelada y deliberado silencio.
Irene González - Untitled Art Contemporani