Llindar
Esta exposición subvierte el espacio de la galería haciendo referencia a los espacios de
transición habituales en el lenguaje de la arquitectura, como un prólogo o un
preámbulo, lo que se pronuncia antes de, se inspira en las entradas de los edificios, cita
aquello que se sitúa delante, el vestíbulo de una narración.
Llindar, que en castellano suena como un verbo, en catalán significa umbral, lo que
puedes encontrar, por ejemplo, cuando corres las cortinas, abres un libro, o cierras los
párpados. Cuando lees una palabra que no estaba, o cuando chocan delicadamente
dos objetos y hacen tin.
Quizás como una fuente, llindar salta y se inmiscuye entre lo que había y lo que habrá,
corre entre las consonantes, se desliza en las vocales, entrando y saliendo del
significado, del tembloroso acento político de lo real, para ser otra vez un ejercicio
frágil, espacial, teatralizante de ficciones por venir.
Fabián Ramos